Abrigo Cañada de la Cruz

This content requires HTML5 & Javascript or Adobe Flash Player Version 9 or higher.

El abrigo Cañada de la Cruz se localiza en un paraje muy cercano al nacimiento del río Segura, formando parte de una serie encadenada de covachas que se abren en las estribaciones más occidentales del Calar de Mariasnal, a una altitud de 1.510 metros sobre el nivel del mar.

La figura más significativa del conjunto responde a una figura femenina, perfectamente conservada, con una cabeza redondeada, un tronco muy estilizado, brazos hacia abajo con indicación de las manos mediante trazos. Llama la atención la falda acampanada de la que sobresalen las piernas, en la que podemos observar los pies con los dedos dibujados. La serie de Arte Levantino se completa con la presencia de varias figuras más, entre las que distinguimos restos de varios ciervos y de un arquero.

Aparecen, también, algunas figuras de carácter esquemático, varios antropomorfos, dos figuras con forma de árbol y algunas barras verticales.

Arte Levantino en Santiago-Pontones

Desde el oeste de la provincia de Jaén y norte de la provincia de Almería hasta el interior de las provincias de Huesca y Lérida, se han documentado numerosos abrigos con Arte Levantino, organizados en cuatro grandes cuencas fluviales: la del Segura en el sur, la del Júcar y la de Turia en el centro y la del Ebro al norte. Las cuencas del río Segura, del río Júcar y del río Turia fueron ocupadas en su totalidad, desde el propio nacimiento hasta las áreas montañosas inmediatas a la costa, mientras que la del río Ebro no se llegó a coronar. Por tanto, los abrigos de Santiago-Pontones, junto a los existentes en la vecina comarca de Los Vélez (Almería), se convierten en la frontera sur del Arte Levantino.

Colorantes

El Arte Levantino es esencialmente pictórico, aunque en los últimos años se han encontrado algunos grabados. Los colorantes utilizados han generado tres tipos de cromatismos, rojos, negros y blancos, siendo el rojo el que domina de manera absoluta el repertorio pintado. El negro, presente en diversos núcleos, es relativamente bajo, mientras que el blanco es exclusivo del núcleo de Albarracín. 

Rojo: óxidos de hierro –oligisto y limonita-. Negro: carbón vegetal y óxido de manganeso. Blanco: sulfato de bario.

Plumas y Arte Levantino

Experimentaciones y análisis recientes plantean la utilización de plumas de aves, como pinceles, para realizar las figuras levantinas. La pluma es un instrumento que permite conseguir las calidades y variedades formales que podemos observar en los abrigos levantinos, ya que son flexibles y permiten un trazo dúctil.

Relevancia de las pinturas rupestres

La selección de los abrigos como soporte simbólico no es una elección casual, sino que depende de las estrategias simbólicas y culturales de las sociedades prehistóricas establecidas en el territorio, funcionando como elementos de control territorial. 

Los abrigos con pintura levantina son lugares que otean pequeñas geografías y se acumulan en nichos ecológicos, con características físicas y ambientales parecidas. Arropados por paisajes cerrados, solo rotos por el recorrido serpenteante de ríos y barrancos, nos ofrecen un panorama claro de la relación que el Arte Levantino tuvo con la naturaleza. El acceso a estos lugares nunca es fluido ni directo, hace falta jugar con el laberinto de la red fluvial. Ríos, arroyos, barrancos y agua se convierten en las variables que aparecen sin solución de continuidad, asociadas a los grandes conjuntos del Arte Levantino.